Durante la campaña sostuve que un Diputado Federal debería tener por lo menos 5 características para poder dar resultados y representar dignamente a sus votantes. Ser un Diputado Parlamentario, Legislador, Fiscalizador, Negociador y Gestor.
Me detengo en esta última porque para los votantes es muy importante saber que su diputado promoverá ante las autoridades correspondientes las demandas ciudadanas para su cumplimiento, al tiempo de gestionar los recursos en el estado y la federación para que dichas autoridades municipales puedan
responder oportuna y eficientemente a esas demandas y a la prestación de los servicios que les son propios.
En este sentido, como Diputado Federal, es mi obligación mantener un vínculo permanente con mis representados, a través de la oficina de enlace que puse a la disposición del público el sábado pasado.
Desde ahí se van a recibir, atender, gestionar, acompañar y canalizar -de manera profesional- las necesidades, quejas, propuestas e inquietudes de las y los ciudadanos.
Tengo la convicción de que el trabajo que voy a desarrollar los próximos tres años en la Cámara de Diputados, le servirá a las personas, familias y comunidades del Distrito 10 y a sus 7 municipios; a Puebla y a México, para que vivamos mejor y más dignamente.
En tiempos en los que, desde el poder, se promueve la división y el desencuentro y se quiere gobernar con una sola voz y alrededor de una sola persona, todas y todos los actores políticos debemos hacer política para encontrar referentes para el reencuentro; para que todas las voces y personas seamos escuchados y volver a reconocernos como integrantes de una sociedad plural, que merece recobrar la unidad.
A Cholula, a Puebla y a México le urge la reconciliación, la cortesía política y el acuerdo.
Se trata, en mi opinión, de construir un discurso ordenado, armónico, persistente y claro, que pueda amortiguar la fortaleza de la voz unipersonal.
Hagamos lo propio en cada uno de nuestros espacios políticos, Puebla bien vale la pena.