Tal como lo anticipamos muchas veces, desde que fracasó la intentona de López Obrador de reformar la Constitución para contar con un órgano electoral a modo en el proceso de sucesión del 2024, empieza a ser visible que el Plan B, esa arbitraria imposición de la mayoría irresponsable en el Congreso de la Unión, está plagada de inconstitucionalidades.
Para muestra un botón: La Jueza Decimosegunda de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, determinó otorgar la suspensión definitiva en el amparo indirecto promovido por el secretario ejecutivo del INE.
Es decir, deja sin efectos, de manera temporal y hasta que se decida el fondo del asunto, el inconstitucional cese del secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral provocado por la entrada en vigor del artículo 17 transitorio del decreto de reformas en materia electoral.
En la sentencia de la Juez otorgante de la medida, se reconoce que la persona titular de la Secretaría Ejecutiva tiene un derecho que merece ser tutelado, mismo que se deriva de la licitud de su designación como secretario ejecutivo de esta institución y del respeto al andamiaje legal en el que funciona el INE y sobre el que fue designado.
Así, la juzgadora deja en claro que las mayorías parlamentarias no pueden lesionar los derechos de las personas por la simple suma de sus votos, aunque los usen para complacer los caprichos del presidente y, demuestra también, que el sistema de división de poderes en México funciona para contener las arbitrariedades derivadas de la borrachera del poder.
El viernes 03 de marzo se los dijimos: “El cese del secretario ejecutivo es un acto de venganza y una expresión de odio irracional de los que, por supuesto, no razonan y solo saben obedecer.
Es una medida injustificada, que muestra en todo su esplendor el sinsentido, la lógica de la sin razón, y la soberbia de los enemigos de la democracia.
Ya veo la expresión de gozo perverso y malsano, de los sujetos de MORENA y los incondicionales de López Obrador, al ver un cese por control remoto, sin causas que lo expliquen, y sin fundamentos ni motivaciones, del secretario ejecutivo”.
Pasaron del gozo al pozo en menos de una semana.
En democracia no puede haber leyes especiales que se dirijan a una sola persona, como la que pretendía cesar al secretario, ni pueden permitirse triquiñuelas legislativas para arrebatar al Consejo General la facultad de destituir al secretario ejecutivo que se deriva del texto de la Constitución. Enhorabuena al Ciudadano Edmundo Jacobo y a todos los integrantes del Consejo General por esta reincorporación que detiene el manotazo autoritario del régimen y llena de esperanza y entusiasmo a los millones de mexicanos que estamos atentos a la suerte y al destino de esta institución y de nuestra democracia.